Un buceador nunca debe bucear solo. Si son más de dos personas, se recomienda que sean grupos pares, para que nadie quede sin compañero.
Los compañeros deben asegurarse que conocen las mismas señales submarinas, así como el equipo de ambos. Se tienen que ayudar a colocar el equipo, y decidir antes de entrar al agua, quien lidera la inmersión, y quien le sigue. Así mismo, si la inmersión tiene un objetivo, ambos lo deben de conocer.
Una vez dentro del agua, la distancia entre los dos depende de la visibilidad, aunque nunca debería superar los 5 metros, y siempre pudiendo realizar contacto visual.
Se tienen que comprobar mutuamente los manómetros para saber cuanto aire les queda, y si uno debe subir, el otro le acompaña.
El buceador menos experto es quien dicta las necesidades y limitaciones.
En el caso de que los compañeros se separasen bajo el agua, se tiene que buscar al otro durante 30 segundos. Sino se le encuentra, ascender a la superficie, y esperar durante un minuto. Si sigue sin aparecer, se informa al operador de la embarcación, al instructor, al centro de buceo o a las autoridades.
Un conjunto de buceadores que realiza una inmersión de las mismas características de duración, profundidad y trayecto, es un grupo. Si se reduce a dos buscadores se llama equipo.