Una vez que se tiene la máscara sobre la cara solamente se puede respirar por la boca. El tubo permite la conexión con el aire libre cuando se está en la superficie y se tiene la cabeza sumergida.
Estando la cabeza totalmente sumergida, únicamente debe sobresalir el extremo del tubo. Para controlar la respiración se debe inspirar, bloquear la respiración durante un segundo y espirar. Repitiendo el ejercicio acaba saliendo automático.
Se debe saber vaciar el tubo del agua que entra, manteniendo la boquilla en la boca.
Para ello existen dos maneras: el Chorro de Ballena, soplando de manera rápida y fuerte cuando el tubo está fuera del agua (es recomendable no vaciar totalemente los pulmones por si acaso hay que repetir la operación), y el Método de Desplazamiento, soplando de manera extendida y suave, pero sin empezar hasta que se esté cerca de la superficie.
Se realiza en casos pérdida de máscara. Es importante aprenderla y practicarla a menudo, respirando solo con la boca, y expulsando aire con la nariz despacio y continuamente.