Para saber orientarse correctamente en el fondo del mar se debe saber evaluar correctamente la distancia del trayecto realizado. Gracias a ello se podrá encontrar con más facilidad lugares en particular que se quieran visitar (grutas, simas, pecios…).
Existen varias maneras de saber la distancia durante la inmersión, aunque se tienen que tener en cuenta factores como la corriente que puede modificar la velocidad y alterar el rumbo.
De un modo simple y preciso, siempre que se lleve una velocidad constante de desplazamiento, la medida del tiempo sobre un recorrido dado permite situarse fácilmente. Es decir, si se ha nadado 15 minutos en una dirección, bastará con nadar otros 15 en la contraria para encontrar el punto de partida.
Se tiene que definir un circuito, para después dividir la cantidad de aire disponible por el número de cambios de dirección. La cantidad de aire disponible se conocerá después de haber llegado a ala profundidad definida, y teniendo en cuenta la reserva (un cuarto de presión de la carga inicial).