Ver bien es uno de los mayores placeres que se pueden experimentar bajo el agua. El ojo humano no está adaptado a la visión subacuática, por lo que se debe usar una máscara.
Lo más importante es la estanqueidad, es decir que se ajuste bien en la cara. Debe adaptarse perfectamente a la forma de la cara, siendo cómoda. La máscara reduce el campo de visión, sobre todo por los lados. Para conseguir una visión mayor, el cristal se tiene que encontrar lo más cerca posible de los ojos, sin tocar la nariz.
La máscara debe de estar adaptada a la actividad. El volumen interno de la máscara puede ser de tres tipos: grande, mediano o pequeño (para snorkel y apnea).
En algunos modelos se pueden colocar lentes graduadas. Si se usan lentillas, las gafas normales las protegen del agua, a menos que se pierdan pro accidente.
Las máscaras antiguas se fabricaban en caucho. Actualmente en silicona y el PVC, ya que no producen alergias, y son más flexibles y estables químicamente. Para el cristal se usa vidrio irrompible.
La inserción de colores es corriente para aumentar el atractivo de la máscara.
Deben tener doble faldilla y doble tira de sujeción. Algunas, para aumentar el confort se ponen tiras de neopreno acolchado.
Antes de mojarla, cubrir el cristal con alguna sustancia que evite su empañamiento, como líquido especiales, saliva, tabaco, patata… Una vez aplicado, mojar y aclarar la máscara.
Para colocarse la máscara. Izar la tira por encima, y pegarse la máscara a la cara con una mano. Con la otra, bajara la tira, hasta que quede alrededor de la nuca, con las tiras rectas.
Para evitar filtraciones se debe asegurar que no hay ningún pelo entre la goma y la cara, o que la máscara no se apoye sobre la capucha.